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IDEARIO DEL GRUPO DE ESTUDIOS SIGMUND FREUD, A. C.

 

Guadalajara, México

 

 

 

 

 

Este Ideario nace de la necesidad de reflexionar sobre el lugar que ocupamos en el amplio campo del psicoanálisis. Es decir, es una autodefinición y al mismo tiempo un manifiesto. Refleja sin duda, nuestras circunstancias y nuestro momento histórico.

 

l. CAUSAS PRINCIPALES DE LA CONSTITUCION DEL  GRUPO:  DESCONOCIMIENTO  Y  DEFORMACION DEL  PENSAMIENTO  DE  FREUD

 

El Grupo de Estudios Sigmund Freud, A. C., se  constituye como una Asociación de trabajadores  intelectuales  empeñados en el desarrollo, aplicación y crítica del psicoanálisis, concebido como ese campo problemático, teórico, clínico y metodológico, inaugurado por S. Freud para ser indefinidamente laborado.

 

En contra de la idea vulgar (en el doble sentido del término, es decir, difundido y  simplista al mismo tiempo) de que la obra de Sigmund  Freud  ha  sido  superada,  surge  el  Grupo de Estudios  Sigmund  Freud  con  plena  conciencia  de  que su pensamiento ha sido  y es frecuentemente deformado, incluso es casi desconocido, particularmente en su aspecto de Psicoanálisis como crítica social. Nos constituimos como Grupo de Estudios para intentar cubrir precisamente  en  lo  posible esas carencias  ( primeramente en nosotros mismos).

 

El Grupo de  Estudios  Sigmund  Freud, surge  también  de la  conciencia  de  que  la  obra  de  Freud  no  ha  recibido  la

atención suficiente no sólo por legos, sino algunas veces ni siquiera por especialistas mismos en psicoanálisis. En éstos últimos predomina la dilución (en ocasiones mutilación) heredada  por  las corrientes  psicoanalíticas  predominantes  en Norteamérica, o bien producto de las considerables deficiencias (desde luego altamente significativas) de las traducciones (particularmente al castellano, aunque no están excluidas de estas consideraciones las deficiencias de la inglesa y de la francesa). Ante estos hechos se impone el estudio del texto en su versión original, sobre todo en una disciplina en que se valora altamente el lenguaje como rigurosa y significativa ex­ presión global del sujeto que lo emplea.

 

A pesar de las resistencias de todo tipo, el pensamiento de Freud ocupa un lugar de  primer orden en las corrientes del pensamiento contemporáneo. Con justa razón se puede hablar no sólo de la "vigencia de Freud", sino del hecho de que Freud no ha acabado de ser investigado, menos aún asimilado en toda su profundidad, y en todas sus aplicaciones e implicaciones. Otras ramas del saber humano (epistemología, lingüística, marxismo, etología, etc.) desde hace más de una década, se han encargado de seguir estudiando las consecuencias que el gremio médico -primer  depositario de la  obra  de Freud- no  estuvo en condiciones de captar y desarrollar. Hoy en día quien habla de que Freud está "superado" se está arriesgando a que su ignorancia se haga de este modo penosamente evidente. Es nues· tra convicción de que  la riqueza,  complejidad  e importancia del pensamiento de Freud requiere aún de cuidadoso estudio. Esto no quiere decir que la palabra de Freud sea una palabra a-histórica: la última  palabra.

 

 

2. EL PSICOANALISIS  COMO  INSTRUMENTO  CRITICO

 

Como Freud había previsto, el verdadero Psicoanálisis -dados sus elementos críticos y emancipadores- nunca será realmente aceptado por la sociedad. Su aceptación en Norteamérica está, en nuestra opinión, en relación directa a su dilución.

El objeto de estudio del psicoanálisis exige comprender las rutas que conducen a la incorporación de los sujetos al aparato social establecido. El psicoanálisis devela la clave del proceso de sujetación, al hacerlo está al servicio del proceso de de-sujetación  (desatar, desligar)  y en este sentido, su práctica,  sería de hecho una  práctica  subversiva  porque la  realidad  externa -causante de trastornos nerviosos- es directamente cuestionada. En la praxis política el psicoanálisis puede, y tal vez debe, cumplir el papel de informador clave de los atajos a través de los cuales el sistema intenta perpetuarse  ahusando de los indi­viduos.

 

Una tarea del psicoanálisis estriba en la posibilidad de do­ cumentar en detalles concretos las vías de paso en el hombre, de las relaciones de producción y de las llamadas leyes de la historia.

 

Una de nuestras tareas consiste en hacer el registro micro· social, para devolver el dato que ayude a la comprensión y modificación de lo macrosociaíl.

 

El psicoanálisis debe entenderse como lo que es: un formi­ dable reto a nuestra propia imagen, a nuestra moral, a nuestro concepto de enfermedad, a nuestras máximas educativas y a nuestra  "inocencia bautismal".

 

El  Grupo  de  Estudios  Sigmund  Freud,   pretende   retomar la posibilidad de potencial emancipador  propia  del  psico­ análisis, 1a que ha existido  desde  los  tiempos  de  Freud.  En este sentido, queremos  seguir  con  una  tradición   que  siempr!l ha tomado en cuenta los siguientes campos del  psicoanálisis como  unidad  indisoluble:

 

l. Psicoanálisis como terapia y técnica clínica.

  • Psicoanálisis  como  psicología  del inconsciente.

  • Psicoanálisis  como  método  de  las  ciencias  sociales.

 

Los ejes  privilegiados  por  nuestra  concepc1on de  la  teoría

y práctica del psicoanálisis serán los siguientes:

 

La lectura de Freud como experiencia teórica  de redescubrimiento del Inconsciente;

La crítica epistemológica del saber psicoanalítico a partir de la epistemología histórica y genética del universo ideológico;

- El análisis de la inscripción de la práctica analítica en nuestra sociedad desde el materialismo histórico como ciencia de las formaciones sociales;

-El estudio del lenguaje como instrumento privilegiado de nuestra práctica.

-Y desde luego como piedra fundamental-:la propia experiencia a través del análisis

 

El psicoanálisis, a diferencia del sinnúmero de técnicas psi· cológicas que recientemente surgen del  sistema  capitalista,  y que pretenden la sujetación y adaptación sociotecnológica del hombre, propicia una conciencia crítica emancipadora  que pon­ ga en entredicho los valores culturales. El Psicoanálisis Freu­ diano como lo entenderemos aquí, si bien no puede ser ubicado fuera de los mecanismos sociales, es al mismo tiempo un ins­ trumento teórico capaz de tomar distancia respecto a las ten­ dencias dominantes. El psicoanálisis como ciencia tiene la posi­ bilidad tanto de hacer investigaciones teóricas en su propio campo, como de desenmascarar e interpretar las relaciones so­ ciales en un  sentido  más  amplio.

 

3. LA NEUTRALIDAD  Y SU PROBLEMATICA

 

La norma técnica de neutralidad es piedra fundamental en la praxis psicoanalítica, y sólo los ingenuos creerán que esta norma es fácil de cumplir; por el contrario, su ingenuidad misma los aleja de una observancia más rigurosa. El psicoanálisis -como cualquier otra ciencia- no es ajena al problema de los valores ( por supuesto valores relativos) , ni por consiguiente ajeno a la política. La esfera de actividad psíquica y la esfera de actividad política sólo son separables para los que se quieren ahorrar las dificultades del pensamiento dialéctico, o para los que a través de esa pretendida separación ejercen de facto una política reaccionaria que les evita complicaciones de diversa índole; además -por cierto- la debilidad teórica que implica la posición "separatista" impide dar cuenta de la complejidad de la problemática entre individuos y sociedad, destino e historia.

 

El psicoanálisis no puede ofrecer sus valores, ni menos aún valores absolutos. Su función es relativizar los reinantes. Ofrece un  método  crítico  desenmascarador.

 

El postulado de la "neutralidad benévola" no puede, sin abuso mistificador, convertirse en una prescripción de apoliticismo para el analista, El analista no puede imponer su opción política al analizado, pero tampoco tiene por qué trasponer su neutralidad clínica al campo de la vida pública. A pesar de la tradición establecida por Freud en el sentido de tomar postura crítica frente a los problemas de su medio y de su tiempo, la literatura psicoanalítica -hoy en  día- se aparta francamente de la línea inaugurada por su fundador.

 

El psicoanálisis no debe intentar tranquilizar a costa de idio­ tizar o despolitizar, que sería una de las formas de idiotizar. Por el contrario el psicoanálisis muchas veces produce una intran­ quilidad que es la única respuesta digna y humana frente a ciertos hechos sociales intranquilizantes.

 

 

4.  LA MEDICINA, LO NORMAL Y LO PATOLOGICO

 

A los poderosos  conviene que el psicoanálisis  quede sujeto a la práctica  médica,  sobre todo  a una  práctica  médica  que  ignora su  propia  coyuntura  privilegiada  como  punto  de  observación crítica  por  donde  pasan  todo  tipo  de contradicciones  sociales: el malestar  o el bienestar  del  hombre  que se manifiesta  inelu­ diblemente  en el enfermar. El psicoanálisis  viene  a  traernos  la noticia  de que enfermamos  de sociedad.  Enfermamos  o  somos infelices  en  principia!  medida   "por   la  incapacidad   mostrada hasta  ahora para regular nuestras relaciones  humanas"  (Freud ) En  el  diván  analítico  no  se  escucha   de  ninguna  manera solamente  el sufrimiento  privado,  individual,  sino  una  historia clínica, consecuencia  y reflejo de la sociedad en la que se vive. Se escucha no sólo el padecer  del individuo en la socidad, sino el  padecer   del  individuo  por   la  sociedad.  Tanto  "el  dominio de las relaciones" como "las relaciones  de dominio"  pasan  por la  reseña  del  sufrimiento.  Sufrimiento  que  sólo  es  individual para  las miradas miopes de los previamente  domesticados  para ignorar  específicamente  el lugar de paso  de las contradicciones fundamentales de la organización social.

 

En una gran cantidad de casos el paciente necesita encu­ brir con síntomas "libres de toda  sospecha", sus conflictos in­ confesados, sus infelicidades cotidianas y sus miserias reales. El médico ordinariamente se convierte en cómplice de este encu­ brimiento con lo cual se pone de lleno al servicio del sistema aunque no caiga en cuenta de ello.

 

Entendemos el Psicoanálisis, como algo que va  mucho más allá de un método terapéutico. No es un capítulo de la medici­ na, ni menos aún de la psiquiatría. Incluso si admitiese ser incrustado  en la  medicina  sería  para  "colocarla  sobre  sus verdaderos pies".

 

Desde la teoría freudiana, la frontera entre lo normal y lo patológico es conscientemente permeable. Con ello se pone en entredicho el esfuerzo de la sociedad para separar estos campos y su consecuente división de los sujetos en "normales" y en "locos". Vale decir que la sociedad está interesada en dicha delimitación para no verse sujeta a revisión en tanto perturba­ dora de un desarrollo humano más satisfactorio.

 

 

5.  LA NECESIDAD  DE LA CRITICA DEL PSICOANALISIS Y DE SU COMPLEMENTACION POR EL MATERIALISMO HISTORICO

 

Consideramos que como cualquier  corriente  de pensamiento, el psicoanálisis tiene que ser sometido a una critica que debe tomar como referencia, creemos, ineludíble, el marco teórico de la crítica de las ideologías que pone a disposición el mate­ rialismo histórico. Así pues, dentro del materialismo histórico, la práctica del psicoanálisis exige de quien lo ejerce la continua revisión dialéctica de sus propios fundamentos, esto  quiere decir que los descubrimientos de Freud como los entendemos aquí, procuran aplicarse a su cuerpo de doctrina mismo. En efecto, este proceso equivale a lo que a nivel microsocial cons· tituye el análisis de la· contratransferencia. En cuanto a contra­ transferencia se refiere, es nuestra opinión que el lugar teórico y práctico que se le dé, es un buen criterio para medir el grado en que la metodología psicoanalítica  está presente.

 

El psicoanálisis, en cuanto pensamiento  dialéctico,  renuncia de antemano al totalitarismo a nivel epistemológico, y conse­ cuentemente se abre a la aportación de otras ciencias, en particular las ciencias sociales, la etología, y la lingiiística. Creemos que es posible y necesario una sociología de la Sociología y un psicoanálisis del Psicoanálisis, así como una sociología del Psi­ coanálisis y un psicoanálisis de la Sociología.

 

Desde hace algunos años se viene observando una prolife­ ración  de  métodos  psicoterapéuticos   que,  (tal vez  a  causa  de

su pobre teoría) favorecen la mencionada sujetación sociotec­ nológica del hombre. En conexión con esta tendencia a adaptar a los hombres, sin que de ello tengan conciencia y de la ma· nera menos conflictiva posible, a las relaciones sociales existen· tes en la actualidad, el psicoanálisis ha sido, de un lado, explo· tado por intereses comerciailes del mercado psicológico, y por otra parte se ha producido un relajamiento de sus fundamentos teóricos.

 

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EL GRUPO DE  ESTUDIOS  SIGMUND  FREUD,  integrado en marzo de 1977, es a partir de 1979 miembro de la Federación Internacional de Círculos de Psicología Profunda, presidida desde su creación por lgor A. Caruso; esta pertenencia, por voluntad tanto de su fundador como de los Círculos confede­ rados no implica dependencia administrativa ni doctrinal alguna, garantizando así la autonomía de sus miembros. Para nosotros es un vínculo de solidaridad con otros trabajadores intelectuales comprometidos en la misma tarea crítica de la que ha dado testimonio Caruso (Salzburg, Austria). Asimismo nos sentimos hermanados con el Círculo Psicoanalítico Mexicano.

 

 

 

Raúl Páramo  Ortega ( Presidente)

 

Hans R. Saettele Angeles De la Mora Patricia   Escalante (Comisión Académica)

 

 

Silvia Günther,Miguel Méndez Arzola,Javier  Pérez  Robles, Ema  Ruiz  Martín  del Campo, Antonio Sáizar Nova,

Ana  María  Silva  de  González.

 

Guadalajara,   México;   marzo   de  1979.

 

 

NOTA  ACLARATORIA:

 

En este manifiesto, se han citado sin entrecomillar algunas frases de las siguientes fuentes: folleto constitutivo del Instituto de Formación del Círcu­ lo Psicoanalítico Mexicano (redactor: Armando Suárez), Editorial de pre· sentación de la Revista "Psychoanalyse" (Salzhurg)  (Redactor:  Ewald Englert) , así como de  algunos  escritos  de lgor  A. Caruso.  Dichos  autores no necesariamente comulgan con nuestras ideas, por lo cual declaramos expresamente que las opiniones aquí redactadas son responsabilidad exclu· siva de los firmantes, miembros fundadores del Grupo de  Estudios  Sig· mund  Freud, A. C.

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