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POSIBILIDADES Y ENCRUCIJADAS DE LA TEORÍA KLEINIANA ALREDEDOR DEL CASO RICHARD

 

SAMANTA SOSA RODRÍGUEZ

Lic. en Psicología y Maestría en Psicología UANL,  Formación de psicoanalista en el CPM Cd. de México. Consulta privada. E-mail: samanta_sosar@hotmail.com.

Introducción

 

La teoría Kleiniana viene y despedaza lo teóricamente estructurado de la teoría freudiana, radicando allí una de las dificultades para acercarse a dicha obra. Despedaza los objetos que hasta el momento habían sido pensados como libidinalmente satisfactorios, mostrándonos que el pecho no solo satisface sino que frustra, que por más presente que esté siempre falla, siempre llega demasiado temprano o demasiado tarde, como la sexualidad misma. A partir de dicha “falla” es que la autora se empeña en trabajar la parte reparadora del objeto tanto de parte del niño como de la madre.

 

Uno de los aspectos fundamentales es que Klein trabaja desde el inicio el objeto parcial, el total aparece hasta en un segundo momento, sin embargo a lo largo de su obra la parcialidad del objeto se muestra todo el tiempo. Esto parcial es propio de las posibilidades perceptivas del bebé en ese momento, siendo dicha teorización congruente y explicativa con lo más primario de éste.

 

Aspectos como los que menciono guardan sentido y ayudan a ir acercándose a una etapa de difícil acceso. Sin embargo también hay aspectos de su teorización y clínica que rayan en el sinsentido y el forzamiento conceptual, tales como la completud y el Edipo temprano, lo cual será trabajado alrededor del caso Richard, ese pequeño con el que trabajó Melanie Klein durante algunos meses en sesiones diarias, y que siguió trabajado teóricamente hasta el final de sus días.

 

Cuando Richard va a consulta con Melanie Klein, es un niño de 10 años, vive con sus padres y un hermano 8 años mayor que él, el cual estudiaba fuera de la ciudad debido a la guerra. Desde 2 años antes no asistía a la escuela porque le temía a los niños. Su padre estaba enfermo y su madre era depresiva.

 

El trabajo  realizado por Melanie Klein en el caso Richard tiene una riqueza invaluable, de inicio el haberlo registrado casi por completo, tanto lo dicho por el niño como sus abundantes interpretaciones, lo que nos permite ir siguiendo su pensamiento. En el caso de Richard, Melanie Klein estableció una relación analítica tan pronto como fue posible, empezando por darse cuenta de las dificultades del niño para hablar de él, por lo cual le explica el motivo de consulta expresado por la madre, abriendo la puerta a la palabra del niño, lo que es muy atinado porque el niño empieza a hablar de sus temores; como salir solo a la calle y toparse a otros niños, la guerra, Hitler (austriaco igual que Melanie Klein). Vemos como desde la sesión #1, le hace interpretaciones acerca de sus sentimientos, fantasías y agresión, lo que con frecuencia sorprende a Richard, llegando incluso a negar lo dicho por su analista. Lo anterior conserva su congruencia a lo largo de la obra Kleiniana, ya que ella le apuesta a: “anular la obra de la represión con el fin de restituir al niño su capacidad de fantasear, base de todo desarrollo.” (Petot, M. (2016). Pp. 142. Tomo I.)

 

Aunque en ocasiones parece tener más posibilidades de hacer interpretaciones ricas en las notas posteriores, donde asistimos a las reflexiones de una Klein que escucha los miedos del niño, sus angustias y sus intentos de estar mejor a pesar de que la madre esté lejos y enferma, aunado a un mundo en guerra. Sin embargo se le dificulta ponérselo en palabras, esa palabra que puede ser una pregunta  respecto de cómo se siente, cómo vive lo que está a su alrededor, y que él intenta abrir todo el tiempo. Es decir, en el momento todo se remite a lo sexual, genital, a lo parcial; de lo cual intenta advertirnos en la introducción del caso Richard, dice: “tuve que introducir, empero, términos que él desconocía, tales como “genital”, “potente”, “relaciones sexuales”, o “coito”. Klein, M. (2008/2015). Pp. 22.  Esto es planteado por Petot acerca del pensamiento Kleiniano, como “Tesis V: Los progresos del tratamiento se basan en la libertad de la actividad fantaseadora. La cura psicoanalítica es una reeducación de la capacidad de fantasear.” (Petot, M. (2016). Pp. 141. Tomo I.)

 

Klein piensa el análisis como “libertad fantaseadora” según la cita anterior, no habla de ideales respecto a la duración, frecuencia, experiencia del analista, etc. Sin poner en duda lo valioso de la posibilidad de un análisis en las mejores condiciones posibles. Es por eso que al momento de recibir a Richard, la apuesta Kleiniana es iniciar un análisis; con dificultades como la distancia entre el lugar de residencia del niño y el consultorio de Klein, el hospedaje del niño, la enfermedad de los padres, y el poco tiempo que Klein iba a permanecer en esa ciudad. Sin embargo ella abre la puerta y lo recibe, posibilitando a este niño hablar y jugar, y no sólo estar angustiado, sino confiar en alguien que está allí y él no la preocupa ni la afecta, a diferencia de sus padres, de los cuales estaba muy al tanto. En varias ocasiones Richard habla de sus sentimientos agresivos hacia algunas personas, entre ellas Melanie Klein:

“Richard dice entonces que el día anterior pensó que era una bruta malvada, y no sólo cuando ella le hablaba de su deseo de ser venenoso. Se preguntó entonces lo que haría ella si él le tirara cosas o la atacara de cualquier otra manera. Quisiera saber si John ha tratado alguna vez de llegar a hacerle daño realmente. Melanie Klein contesta que no permitiría que él ni ningún otro paciente la atacaran físicamente (aquí Richard se pone contento y tranquilo), y le sugiere que teme ser llevado por sus sentimientos agresivos; como teme que éstos sean muy peligrosos, se está preguntando cómo ella podría defenderse.” (Klein, M. 1961/2015. Pp. 137.)

 

Una de las dificultades del trabajo de Melanie Klein es que pretende interpretar exhaustivamente el material presentado por Richard, llegando incluso a hacer hipótesis muy anticipadas, las cuales si bien pueden ser ciertas, hasta cierto punto aparecen como impuestas, apresuradas, fuera de contexto e incluso agresivas para la sensibilidad del niño. Diría que en último análisis todo tiene que ver con la madre, el padre, el pecho, el pene, etc. Pero lo enriquecedor del trabajo con la subjetividad es que el niño pueda dar cuenta y darse cuenta de cómo es que tiene esos conflictos con esas figuras y no otros. Pero además, que pueda apalabrar sus fantasías y reírse de ellas, como lo hace y sorprende por la riqueza de sus asociaciones, es una parte que hace que el texto se convierta en algo gratificante, por ejemplo cuando el niño tiene posibilidad de hablar de sus fantasías y reírse, lo que es un logro psíquico: Richard entonces dibuja una batalla de aviones, y dice que el avión grande y feo que está cruzado (es decir, abatido), es Paul; pero inmediatamente se contradice y añade que es su tío Tony, a quien no quiere. Entonces M.K. pregunta entonces que quién es el que ha abatido a Paul o a su tío (el avión feo). A lo que Richard contesta sin dudar un momento: “Yo”. M.K. le pregunta entonces quién le consiguió el cañón antiaéreo para hacerlo. Richard se ríe y contesta: “Se lo robé a tío Tony que es artillero”.

 

Realmente enriquecedoras son las preguntas, los cuestiona-mientos que permiten que el niño abra su fantasía, sus hipótesis, sus creencias, del lugar que ocupa para Melanie Klein, por ejemplo: los motivos de la interrupción de una sesión antes de tiempo, “¿será que tiene que ver a John más temprano?” (Klein, M. 1961/2015). Pp.96. John es un conocido de Richard, con el cual tiene rivalidad y que asiste a análisis con Melanie Klein. Vemos a un niño que está al tanto de todo, del tiempo, de quién va a sesión, de los saludos que otorga Klein en la calle, y de la forma en la que lo hace, desplegando sus fantasías, las cuales son escuchadas, analizadas e interpretadas, es decir tomadas como material de análisis. No deja de sorprender que Melanie Klein frente a la cotidianeidad que viene y se cuela todo el tiempo a su consultorio, ella la haga material de análisis, sosteniéndose en la equivalencia del juego y la asociación libre, mostrándonos cómo es posible el trabajo con niños a través de la palabra o el dibujo, sin dirigir uno ni otro, posibilitando con esto el cambio de sentido. A lo largo del caso podemos ver como Melanie Klein permite que sea el niño quien incorpore lo exterior.

 

El trabajo de la autora va evolucionando, regularmente hace largas y frecuentes interpretaciones, pero en la sesión 29 el niño llega indispuesto para trabajar y dice que “se ira de casa de Melanie Klein cuando le dé la gana” (Klein, M. 1961/2015 .Pp. 140.) Es sorprendente que Melanie Klein no haya desplegado toda una serie de interpretaciones al respecto sino que guarda silencio, espera, y es entonces que el niño continúa trabajando. En Richard encontramos a un niño activo, lleno de miedos, politizado, informado, con interrogaciones y preguntas respecto a Hitler, ¿por qué  hace eso a los austriacos si es austriaco? Klein, M (1961/2015). Pregunta fundamental en ese momento de guerra, bombas, y él pasando por su propia guerra, rivalizando y peleando con otros niños, poniendo apodos etc. Finalmente, haciendo posible su análisis; es por eso que el caso atrapa, más que ver si las teorizaciones de Melanie Klein se confirman o no, es ver cómo el discurso del niño se va moviendo, se va abriendo y desplegando deseos, anhelos, frustraciones, miedos y limitaciones que ha traído la guerra, incluyendo el hecho de que sus caramelos estuvieran racionados. Además, de una sesión a otra se pueden ir viendo los cambios de estado de ánimo del niño por ejemplo después de ver a sus papás o cuando no quería viajar en el camión lleno. Se van trabajando y conceptualizando elementos tales como padres, pene, pecho, bebés que hay dentro de la madre, orina y heces fecales, todos estos conceptos se van integrando y se hacen presentes a lo largo del caso.

 

El trabajo con Richard  permite a la autora pensar el Complejo de Edipo en relación a las ansiedades tempranas e ir elaborando su interrogante de los motivos por los que éste se va a fundamento, conceptualizándolo a partir del pecho, del destete, de la ambivalencia hacia el pecho; además entra en juego el pene del padre, el temor al padre e integra un elemento importante que aparece todo el tiempo en el discurso del niño: el amor a ese padre.

“La situación edípica pierde fuerza no solamente porque el niño teme la destrucción de su órgano genital por un padre vengativo, sino porque; por sentimientos de amor o de culpabilidad se siente empujado a preservar y proteger a su padre tanto como una imagen interna como externa” (Klein, M., 1945. Pp. 420.)

 

Respecto al Edipo temprano, puedo entenderlo más en relación con el Edipo de los padres, que desde antes de nacer el bebé ponen en juego su propio Edipo, sus fantasías acerca de su propia vivencia temprana. Pienso este Edipo más en el sentido de un tipo de vínculo, de ley transgeneracional, que de un elemento constitutivo desde el inicio de la vida. Considero que en ese momento están en juego otros elementos de orden vital como el primer vínculo, la alimentación que da paso a la primera vivencia de satisfacción, la posibilidad de los padres para prestar su yo y contener la angustia del bebé. Sin embargo es valioso el trabajo que la autora hace respecto a toda la primera etapa de vida. Para 1940 el pensamiento de Melanie Klein se ha complejizado, incluyendo una posición del pecho (bueno o malo), pero también el bebé tomará posición frente al pecho (devorarlo o succionarlo), las cuales estarán presentes a lo largo de toda la vida, y en ciertos momentos prevalecer una sobre otra, sin ser posiciones exclusivas, sino dinámicas y relacionadas con los recursos del sujeto y las posibilidades del medio. Para Melanie Klein el deseo de devorar el pecho y morder, arrancar el pene del padre, generará culpa, la cual no está basada en el deseo prohibido, sino en los impulsos, en la agresión. Por lo cual necesitará reparar a esa figura, función, que ha dañado en un intento de defenderse. La autora habla de un yo que está en relación con otros desde el inicio y aunque dicha relación con el otro le despierte culpa por el daño infringido, también es cierto que justo ese otro es el que le permite salir de la soledad y que de alguna manera dinamiza al aparato psíquico en ciernes. El hecho de que haya otro que tolere el mordisco, el llanto, las heces, sin enojarse o responder de manera destructiva posibilita que ese bebé no quede solo con sus pulsiones. En este sentido es valioso el trabajo que llevó a cabo con Richard; no se molesta, no se ofende, sino que está allí siempre para su sesión, por lo cual hasta le pregunta si no la hace sentir mal con lo que le dice: “Richard dice que hace unos días tuvo un sueño que quiso contarle, pero que no lo hizo por temor a herir sus sentimientos…: Interrumpía el análisis con MK y se iba a ver a otra analista…La analista nueva tiene un traje azul oscuro y le recuerda a una mujer que vivía en el hotel y que tenía un perro spaniel muy bonito”.

 

Así también el niño llevó a sesión su fantasía respecto a los padres, (que Melanie Klein teorizó como la pareja parental combinada) que le engañaron al decirle que le pondrían una especie de perfume para anestesiarlo antes de una operación; lo cual no fue cierto y al momento en que el médico evita que Richard  use el perfume como anestesia, el niño se enoja con él y hasta la fecha le odia. (Klein, M (961/2015). Lo interesante es que al entrar en la escena los padres, el médico y hasta la niñera, Richard no queda atrapado en una relación de unilateralidad con alguno de los progenitores, sino que se enoja, se siente traicionado por ellos, pero además él no queda pasivo, sino que se enoja, quiere aventarle el perfume al médico, es decir, aparece él en determinada posición, haciendo lo que puede. Pero al haber varias personas implicadas, él no queda anulado o absolutamente violentado, sino que tiene la posibilidad de elaborar una escena y una fantasía al respecto.

 

Richard viaja cada fin de semana para ver a sus padres y regresa el lunes para continuar con sus sesiones. Cada viaje posibilita una serie de fantasías y reposicionamientos del niño respecto a sus padres y a él mismo. Recordemos que es un niño con miedos, no quiere salir a la calle, sin embargo termina por vivir sin sus padres en el pueblo donde vive Melanie Klein, esto sucede a raíz de una cuestión de salud de los padres, para los cuales es muy importante que el pequeño asista a su análisis. Richard habla de cómo la señorita que revisa el pago del boleto le pide que se pare de su asiento porque paga medio boleto y es necesario que ceda el asiento a alguna persona que pago entero. Esto incomoda a Richard, pero como es una chica bonita disminuye su enojo; en cambio hay otra chica que no es tan bonita pero que no le pide su asiento, ésta situación lo lleva a analizar lo que siente frente a ambas situaciones. Y Melanie Klein esta allí para escucharlo, aunque en ocasiones también lo bombardee de interpretaciones forzadas.

 

Fin de análisis: en la última sesión, la #93, el niño está triste y silencioso, comenta que se ha vuelto amigo de la cobradora bonita, la sesión continua con gran inquietud de parte del niño, con movimientos, tomando agua, jugando con el reloj. Al final menciona que continuará su trabajo con Melanie Klein en el futuro. Después va con ella hasta el pueblo y se despide de ella antes de subir al autobús, porque no quiere que lo vea irse. Klein, M. (1961/2015).

 

Conclusiones

 

Algo que me preocupa de la posición teórica de MK es la unilateralidad de la identificación, del odio y amor, de las fantasías; centrándose en la figura o parte de la madre, dejando de lado la cultura, el lenguaje, el padre. He de reconocer que justo esa forma determinante de plantear su teoría permite que cada uno de quienes nos acercamos a su obra podamos cuestionar lo que faltó (el padre, aunque no está totalmente ausente), lo que sobró (la madre) y lo que aparece como forzado, impuesto (las interpretaciones). Sin embargo, todo esto posibilita interrogar acerca de nuestro lugar, nuestras intervenciones y que podamos seguir en búsqueda de un estilo propio, el cual seguramente se moverá al ritmo de cada momento de vida del analista.

 

Referencias bibliográficas 

 

Klein, M. (1945/2008).El Complejo de Edipo a la luz de las ansiedades tempranas. Obras Completas Melanie Klein, tomo 1. México: Paidós.

Klein, M. (1952/2008). Algunas Conclusiones teóricas sobre la vida emocional del bebé. Obras Completas Melanie Klein, tomo 3. México: Paidós. tomo 1. México: Paidós.

Klein, M. (1952), Envidia y Gratitud. Obras Completas Melanie Klein, tomo 3. México: Paidós.

Klein, M. (1945-1960/2008). Relato del psicoanálisis de un niño. Obras Completas Melanie Klein, tomo 4. México: Paidós.

Petot, M. (2016).Melanie Klein Vol. I, Primeros descubrimientos y primer sistema. . Paidós: México.

Petot, M. (2016). Melanie Klein, Vol. II, El yo y el objeto bueno. Paidós: México.

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