Cuadernos Melanie Klein No. 5-6 Sept. 2014 Marzo 2015.
Sobre una carta de Igor A. Caruso
a la revista regiomontana Imago
Rodolfo Álvarez del Castillo
Dentro de la situación “Caruso en México”, la investigación acerca de su relación con el psicoanálisis mexicano que conmociona (en razón del descubrimiento de su participación en la práctica eutanásica durante el nazismo) al pequeño y heterogéneo grupo que lo reconoce, –a veces a su pesar y a veces lo desconoce–, como referente de su filiación institucional, aparece una carta de 1978 en la que Caruso solicita una suscripción a la revista de psicoanálisis regiomontana Imago (1). El hallazgo surge cuando le pregunto a mi querido colega David C. Flores sí conserva un viejo documento del Círculo Psicoanalítico Mexicano en el que promocionan su naciente instituto de formación, el cual me parece que es el primer folleto publicado por el Círculo y la fecha supongo que es de 1978. El motivo de mi solicitud es que el mío está traspapelado en mis desorganizados archivos y es fecha que sigo sin encontrarlo. Me interesa, porque en dicho folleto, además de las justificaciones de la necesidad de abrir el instituto y las listas de miembros activos de entonces, también incluye una de miembros honorarios, entre los que recuerdo a George Devereux, Maya Nadig, y otros. David me dice que tal vez lo tenga y que va a “darle una buscada”. Tiempo después en una conversación telefónica, me comenta que no ha encontrado todavía el folleto del CPM pero que encontró una copia de la carta de Caruso a la revista Imago (original que también se encuentra extraviada en mis archivos) y que me la va a enviar. Cumplidor como acostumbra, el documento me llega a la semana siguiente y yo a mi vez, hago lo propio con los lectores de nuestra revista interesados en el asunto de Caruso y el nazismo.
También recordaba que este documento fue mencionado por David C. Flores en su libroPorqué somos lo que somos, del cual cito el párrafo en el que dicho documento es referido para que el lector aprecie el significado que tuvo en el grupo de estudiantes que editábamos la revista Imago en los fines de los setentas del siglo pasado.
“Pero decía que Imago resultó no ser lo que imaginamos al inicio. Y es que, aunque no puedo medirlo fríamente, el hecho mismo de que nosotros, miserables y aislados estudiantes, en una ciudad tan difícil –en más de un sentido- como Monterrey, hayamos tenido la iniciativa, el valor, el esfuerzo y los medios (con lo oscuro de ello) de producir aquella revistita, no dejó de ser observado y valorizado por personas importantes del psicoanálisis en nuestro país y hasta en otros países, personas a quienes podríamos considerar coincidentes con nuestras concepciones (y hay que observar que por entonces, al igual que ahora, casi no había publicaciones psicoanalíticas en México). En su momento no sólo Igor Caruso –fuera poca cosa- nos mandó pedir desde Viena una suscripción, sino que gente como Marie Langer, Armando Suárez, Néstor Braunstein, José Perrés o Esperanza Pérez de Plá colaboraron gustosamente con nuestra humilde causa. A su modo y por encima de nuestras aspiraciones y de nuestras conciencias, la revista Imago hizo historia, y está escrita.”
Porqué somos lo que somos. De psicólogos a psicoanalistas a pesar de la UANL. Pp.57-58
David C. Flores. Monterrey, 2001.
Nótese que la carta está escrita en papel membretado del Instituto de Psicología de la Universidad de Salzburgo y que Caruso firma la misma en su calidad de director del Instituto y Presidente de la Federación de Círculos de Psicología Profunda.
Muy seguramente el interés de Caruso por la Imago se debió a la recomendación de la revista por parte de psicoanalistas del Círculo Psicoanalítico Mexicano (Patricia Escalante, Fernando M. González y Armando Suárez principalmente) con quienes estábamos en contacto y tal vez de Marie Langer que debieron de haber comentado a Caruso de nuestro naciente proyecto. La revista había aparecido apenas en septiembre de 1977, la carta está fechada en enero de 1978. Para el primer número, Marie Langer accedió a concedernos una entrevista y posteriormente nos favoreció con un trabajo que había presentado en un evento de la Sociedad de Psiquiatría de Monterrey sobre Grupos terapéutico-didácticos con estudiantes de psicología clínica en la UNAM, y que apareció en el número dos de Imago. ¿Por qué alguien de la talla político-intelectual de Marie Langer; exmiembro del Partido Comunista Austriaco, participante en las Brigadas Internacionales durante la guerra civil española, miembro fundador de la Asociación Psicoanalítica Argentina, pionera en la psicoterapia de grupo en América, miembro del Grupo Plataforma argentina, etc., entrega un trabajo inédito, recién realizado, a un pequeño grupo de estudiantes de psicología de provincia para ser incluido en una revista que apenas tenía un número editado? A la distancia, a casi cuarenta años del nacimiento de la Imago, algunos hechos vividos entonces alrededor del proyecto editorial de la revista, me parecen muy singulares, por decir lo menos.
Y ¡quien lo dijera! 37 años después de que recibimos esta carta, la figura de Caruso es motivo de un complejo proceso de análisis a raíz de la difusión de su participación, durante el periodo nazi, en el hospital infantil am Spiegelgrund de la municipalidad de Viena, trabajando como parte de la maquinaria encargada de aplicar las políticas de eutanasia de higiene racial instituidas por el nazismo. Cada quien tendrá que procesar la nueva información sobre el pasado de Caruso que nos obliga a revisar y reescribir nuestras historias y novelas “familiares”.
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(1) Imago. Revista de psicología psicoanalítica, fue una publicación realizada por estudiantes de licenciatura en psicología de la Universidad Autonoma de Nuevo León. Publicó cinco números de septiembre de 1977 a mayo de 1980.
